La meditación no es una disciplina metódica que pueda ser cultivada por el ser que va tras el logro de determinados objetivos interiores, mas bien es un proceso espontáneo que acaece a ciertos individuos cuando la madurez del espíritu así lo dispone.
Comienza por una periódica necesidad de interiorización que lleva a un estado que puede describirse como fronterizo entre el sueño y la vigilia pero que se diferencia de estos en cuanto la lucidez que sobreviene al ser, que es incomparablemente mayor…
La respuesta del hombre a esta necesidad y su participación conciente en el proceso, transforma a la meditación en una disciplina espontánea y periódica en donde la mente se va enlenteciendo en sus manifestaciones pendulares hasta llegar a lo que hemos intentado describir, y por decirlo de algún modo, llamamos…el estado negativo de la mente.
La meditación no es un habito que pueda ser cultivado, si no mas bien un proceso central alrededor del cual en un determinado momento comienza a manifestarse la dinámica de la mutación humana, porque el ser humano al igual que todas las especies orgánicas esta sometido a una periódica mutación como especie.
Al tener noción de estos procesos la especie genero una tendencia sistemática en un gran porcentaje de sus representantes a generar sistemas y disciplinas que confundieron con la meditación en si o quisieron ser esfuerzos catalizadores para producirla.
La meditación no puede ser inducida, no puede ser practicada por ningún método ni generada de ningún modo., pero cuando acaece tampoco puede ser obviada ni desatendida porque se presenta como intensa necesidad periódica y natural tal como dormir o respirar…