29 abr 2010

ARBITRIO







La posibilidad de elegir entre dos opciones o de variar la intensidad de un esfuerzo, es una función muy pobre del albedrío. La mente racional concibe la vida en dos dimensiones y reduce todas sus opciones a un grafico de dos coordenadas.




Ese pequeñísimo margen de libertad en un circulo restringido y operando dentro de una trayectoria fija no puede entenderse como libertad, aunque lo es dentro del ámbito en el que se aplica.



La verdadera libertad es la que puede romper el límite de determinadas posibilidades para hacerse dueña de otro orden de posibilidades. El hombre lucha por conquistar un albedrío que no es tal y desconoce sus propias y reales facultades de liberación.




Solo al dejar de lado nuestras posibilidades contingentes se realizan nuestras posibilidades reales, sin embargo la gran mayoría entiende por realización, la actualización de sus posibilidades contingentes.



Por supuesto que el salto sobre las posibilidades contingentes no significa la realización absoluta ni un logro definitivo, ya que entonces las nuevas posibilidades se vuelven contingentes.



Pero si se logra la permanencia en el estado negativo, la trascendencia pasa a ser ininterrumpida. Entonces es total liberación que rebasa lo real y lo contingente.